En uno de los cursos de yoga que estoy haciendo este año, estoy estudiando los efectos que tienen el yoga y la meditación en el cerebro y es increíble. Te voy a contar cómo los neuro científicos han podido demostrar que practicando yoga y meditación la estructura de nuestro cerebro cambia.
El yoga es transformador, no solo cambia nuestra forma de ver las cosas, si no que transforma a la persona que ve. B.K.S. Iyengar
Los beneficios del yoga a nivel mental están demostrados por la ciencia.
Pero primero, ¿cómo funciona el cerebro?
Me parece muy interesante hacer una pequeña introducción de cómo funciona nuestro cerebro para poder explicaros cómo el yoga y la meditación pueden cambiar sus conexiones. Es increíble cómo a medida que hemos ido evolucionado, el cerebro ha duplicado su tamaño. Pesa unos 1.300 gr, pero consume el 20% del combustible que entra a nuestro cuerpo.
El cerebro es el órgano central del sistema nervioso, controla todos los aspectos de nuestra vida.
En la base del cerebro se encuentra la parte más antigua denominada tronco encefálico, rige funciones vitales como el ritmo cardíaco, la digestión, la respiración y la presión arterial. Cosas que ocurren sin que tengamos que pensar en ellas.
Más arriba está el sistema límbico, apareció miles de años después. Es muy importante en el procesamiento de las emociones. Dentro se encuentra el hipotálamo que controla el humor, la temperatura, el hambre y la sed; la amígdala que controla, procesa y almacena nuestras emociones, miedos y recuerdos. Y el hipocampo cuyas funciones principales son el aprendizaje y la memoria.
Por último encontramos la corteza cerebral (capa delgada, arrugada y externa). Se divide en 4 áreas conocidas como lóbulos. La corteza es el verificador de la realidad. Nos filtra y ordena el mundo exterior. Nuestros planes, pensamientos e ideas se originan en esta capa.
Las 100 mil millones de neuronas
Como ya sabrás, el cerebro esta formado por células diminutas nerviosas llamadas neuronas. Estas se comunican entre sí a través de millones de ramificaciones por estímulos nerviosos y eléctricos. Hay aproximadamente unas 100 mil millones de neuronas en el cerebro.
La clave de la complejidad cerebral es que cada una de estas 100 mil millones de neuronas procesa su información y luego se «engancha» hasta con otras 50 mil neuronas para mandar y recibir mensajes. 100 mil millones de neuronas por 50 mil conexiones. Esta complejidad es lo que nos permite improvisar, crear ideas nuevas, conectan pensamientos distintos de manera caprichosa, deprimirnos… en definitiva, ser diferentes del mundo animal.
Pero no nacemos con todas estas redes creadas, las vamos creando y modificando conforme vamos viviendo experiencias en la vida.
Cómo funcionan la meditación y el yoga en el cerebro
El yoga y la meditación estimulan la neuroplasticidad del cerebro, es decir, la capacidad que tienen nuestros cerebros de formar y modificar conexiones neuronales gracias a las experiencias que vivimos y al aprendizaje.
Actos como controlar, modificar y ser conscientes de nuestra respiración, alinear nuestro cuerpo, realizar posturas contrayendo unos músculos y relajando otros, dedicar un tiempo a dejar nuestra mente libre de pensamientos, vivir el presente de forma consciente… hacen que nuestras conexiones neuronales cambien.
Cuando empecé a practicar yoga sentí cómo reaccionaba mi mente, mi cerebro, cuando las posturas hacían que mi cuerpo temblase, sudase o cuando me sentía incómoda: «para, ya no puedo más». Y mi cerebro me mandaba señales para que parase. Pero cuando logré empezar a controlar mi cuerpo y mente a través de la respiración, de la consciencia y de la practica, pude cambiar el mensaje: «todo va bien, puedo seguir».
Y cada vez que practico yoga siento como estas conexiones se refuerzan.
Y aquí esta la clave de por qué funcionan el yoga y la meditación: y es porque aprendes a gestionar el estrés fisiológico, aprendes a responder de forma diferente ante cualquier situación, tu cerebro evoluciona a la vez que lo hace la mente.
Efectos científicos en el cerebro
El neurocientifico Richar Davidson, fue uno de los primeros académicos que demostraron científicamente los efectos de la meditación y el yoga en el cerebro.
Demostró cómo la meditación y el yoga aumentan la parte frontal del cerebro: cuando nuestras intenciones coinciden con nuestros comportamientos, o cuando nuestros pensamientos se alinean con nuestras acciones es cuando el lóbulo frontal está en su mejor momento.
En uno de los experimentos a un grupo de monjes budistas, el escáner mostraba en uno de ellos que la actividad cerebral de su lóbulo frontal era tan grande que los científicos dijeron: debe ser el hombre más feliz del planeta. Y la neurociencia les dio la razón declarando a Matthieu Ricard como el hombre mas feliz del mundo. Francés, doctor en bioquímica, trabajo en el instituto Pasteur y obtuvo el premio Nobel de Fisiología o Medicina François Jacob y luego se reconvirtió en monje budista.
Los resultados mostraron niveles por encima de lo conocido hasta entonces de emoción positiva en el cortex prefrontal izquierdo, mientras que la actividad del lóbulo derecho, justo en el área relacionada con la depresión, disminuía. También disminuía la actividad de la amígdala, relacionada con el miedo y la ira. Otros estudios han demostrado que el nivel de atención de estos meditadores es mucho mayor que el del resto de población.
Cuando empecé a practicar yoga a diario sentí cómo mi estrés, ansiedad, los momentos de depresión… se redujeron rápidamente, aumentó mi capacidad respiratoria, y el tamaño de mi hipocampo (importante en la formación de nuevos recuerdos, el aprendizaje y el manejo de las emociones), lo sé porque lo siento, jeje. También ha mejorado mi sueño y mi capacidad cognitiva 😉
Estoy empezando a meditar, así que si el yoga me ha cambiado tanto, estoy ansiosa por saber cómo cambiará en mi la meditación.
Para empezar a meditar te recomiendo que te leas «Biografía del silencio» de Pablo D´Ors. A mi es el libro que me ha inspirado para empezar y es muy cortito y fácil de leer.
Namaste